La Marquesina
                       
Cine de Arte  
Navegando en la Odisea de Kubrik
 

Por: Jorge Leonel Cabrera

 

 

Odisea del espacio es una de las obras cinematográficas mejor logradas en la historia del cine, y es Kubrick, el genio de todos los géneros, quien nos la entrega. Desde su contexto cinematográfico, histórico y social, marca una época y establece un estándar, un camino por el que todos los que hagan ciencia ficción caminarán, o al menos deberán tomar en cuenta.


La presente reseña es un rápido viaje conceptual por esta obra de arte y su contexto. Quizás algunas cosas suenen a locura, o sin sentido, si no has visto la película. Recomiendo que la veas, si es que no has tenido este placer, resiste el ritmo, harto distinto al que ahora acostumbramos y verás que al final valdrá la pena.


En este texto no hay más pretensión que el compartir, de forma rápida, el goce de navegar un poco por la Odisea de Kubrick:
Extravagancia y seducción de conceptos, contexto, texto y subtexto: Darwin, evolución de simios a fetos siderales; Nietzsche y su Übermensch. Del instrumento burdo a la carrera espacial. Inteligencia artificial que amenaza a su creador. El pulso eterno y constante.
Cala en los huesos de la historia el frío de una guerra que no llega. Frío que a Kennedy, acero de fuego, le enfría el pecho pero incendia sus ideales; mientras que a Luther King lo conduce a blandir la bandera de la igualdad, hasta pintarla de carmesí. Los jóvenes piden para sí el mundo, pagándolo con su sangre manceba. Sangra también el orgullo de los americanos en una guerra absurda en Vietnam, donde el olor a napalm por las mañanas huele a victoria, en un apocalipsis now.


Los 60´s es una época  de re-evoluciones, de tributo escarlata. El cíclope mata al viejo cine: un bonito adiós en el fracaso de la Cleopatra de ojos de luto. Pero de las cenizas de la época dorada surgen arboles nuevos.
Mientras tanto, Kubrick madura; se abre entre pétalos de ajedrez, fotografía y experimentación fílmica.


Por su lado, C. Clarke, el científico irrefrenable que se expande a la ficción para poder explotar, traza su propia senda y marca su género con huellas por las que después muchos caminarán. “Y si miras hacia el abismo el abismo te mirará a ti de vuelta” escribióNietzsche; y Kubrick vio al Centinela y éste lo vio de vuelta. Se encuentran y estrellan las mentes en su vuelo desmesurado, y al romper el aire su fricción desata el trueno que se transfigura en un big-bang. El estallido se eleva al compas de los violines de Así habló Zarathustra de Richard Strauss,en el fondo del mismo resuena el grito de Dios a Muerto, preludiando el génesis de un imaginario evolutivo que se extiende a una odisea espacial, en búsqueda de la respuesta a la pregunta incisiva de la época y de todos los tiempos: “¿Y ahora qué sigue?”


2001: Odisea del espacio, es un parte aguas de la ciencia ficción en el cine. Esta obra, del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, fue dirigida por el estadounidense Stanley Kubrick, con guión de éste mismo, y bajo el sello productor de la Metro-Goldwyn-Mayer. La película, desde su estreno en 1968 hasta nuestros días, ha sido muy comentada y estudiada por especialistas y todo tipo de cinéfilos, por lo cual ha sido interpretada y reinterpretada desde los más diversos  puntos de vista: psicológico, religioso, lingüístico, etc.

Contada en cuatro capítulos, la película nos habla  de la presencia de extraños monolitos de misteriosa procedencia, que asisten a la evolución del hombre. Estos lo conducen en una odisea a través del espacio tras una búsqueda de la que se ignora el fin. El último capitulo, el más controvertido, está lleno de simbologías e imágenes surrealistas. En un recinto atemporal, el protagonista sufre un envejecimiento paulatino y finalmente muere, pero solo para resurgir de nuevo como un feto que se ofrenda a la tierra. Con ello, el siguiente paso en la evolución ha sido dado.

La película apela en primer lugar al lenguaje visual. El lenguaje auditivo ocupa un importante segundo lugar, pero dando solo un mínimo peso a los diálogos.  Esta obra es sin duda una odisea cinematográfica en busca de nuevas formas de significar. Crea lenguajes innovadores que tienen la difícil tarea de transmitir significados complejos y que comprometen al espectador a ser un participante activo, obligándolo a recrear la historia de acuerdo a su propio bagaje cultural. De esta manera, la obra se convierte en una pieza polisémica, siempre nueva, que se transforma y evoluciona ante la lente de cada ojo curioso que la reinterpreta en su respectivo contexto.

“El Centinela” es la obra del escritor Arthur C. Clarke, en la que Kubrick se inspiro para crear su Odisea del Espacio.

“Así hablo Zarathustra” de Richar Strauss, es la pieza musical que todos identifican con la primera escena de los simios luchando por su territorio, en esta película.

 
     
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